¿Cuál es la falla?
Diría con orgullo, ¿o rencor?, no
estaba segura, que todo lo que tiene le ha costado. Venir a este mundo cobró la
vida a su madre y el desprecio de su padre y hermanos mayores. Sus maltratos le
hicieron eterna la niñez. “Trabajar para poder comer” fue su objetivo desde
entonces. Pronto se casó. Al poco tiempo, llegaron los hijos, dos mujeres y dos
hombres. Los sacó adelante, hasta donde ellos quisieron. Solo ellas hicieron
carrera técnica y no ejercieron. Siempre tuvo dos trabajos, y planchó ajeno en
su casa. A pesar de la irresponsabilidad
y alcoholismo de su esposo, se hizo cargo de él hasta su muerte.
El aroma a pollo rostizado le llegó
de golpe al entrar a su patio. Salivó, el hambre comenzaba a desesperarla. Como
le gustaría que alguien la recibiera con la cena calientita, servida en la
mesa. Además de un buen masaje en la espalda y las piernas. En penumbras,
escuchó en el piso de arriba a su hija, platicaba con su familia. Ninguno se
asomó para ver cómo estaba al advertir el ruido de la puerta. El atractivo olor
a pollo rostizado provenía de arriba.
Antes de que saliera el sol, lavó el
baño, puso una bolsa de frijoles a cocer para todos, barrió su patio, se duchó
y con el amanecer se dispuso a regar sus plantas. Siendo domingo, trabajaría
solo hasta mediodía, entregando toda la ropa que había planchado.
Llegando a la esquina de su casa, observó desde la acera de enfrente, a Doña Concha, su consuegra, caminaba ligeramente encorvada, su cabello teñido de rubio lucía pulido en un recogido, vestía un pants moderno, unas manos enjoyadas, con uñas postizas recién salidas del salón de belleza. Su hija y nieta le ayudaban a subir a la camioneta lujosa. Escuchó que la llevarían a comer cabrito, la señora se había despertado con antojo …
“¡Por favor, apenas hace dos días le invitaron
los hijos el mariachi porque ella tenía ganas de festejar!, la semana pasada
llego con bolsas de zapatos, todos de marca; hace un mes, vino otra vez su hijo
para llevarla a estudios de chequeo, como ella dice, justo después de las
vacaciones pagadas a Cancún que les hizo a las tres mujeres ¡No puede creer que
abuse tanto!” ... Apretó la boca, la acidez le vino con
ímpetu a su cuerpo.
Siempre le desagradó su consuegra;
nunca se responsabilizó de sus seis hijos de diferente padre, a todos los
repartió entre sus familiares para su cuidado. Se mantuvo con las pensiones. Su
única preocupación, su arreglo personal, su comodidad. Ahora, vive de lo que le
dan sus hijos… "muy bien, disfrutando de la vida" … es lo que dice siempre
cuando le preguntas cómo está.
Indignada, azotó la puerta de su casa.
Al ver a su hija bajando las escaleras, de inmediato le reclamó su falta de
atención y de no procurarla. Al calor le juraba que no volvería a guisarle
nada. Y que ya les cobraría la renta. Le aseguraba que también les pondría
reglas a sus hermanos.
A la semana siguiente, su hija se
esmeraba preparando un mole verde con carne de cerdo y arroz rojo porque a su
suegra que se le había antojado.
Isis Mendoza Torres |
Comentarios
Publicar un comentario