Manual para una gata
- Maúlla a todo pulmón por las noches, ¡Oh, trágica ninfa bigotona! Cuando la casa esté en mutismo total inicia tu ópera felina: eres Isolda desde el sofá, Mimí en la parte más alta de tu rascadera, Tosca en la puerta del baño, Carmen en tus notas más graves.
- Trepa a la parte más elevada de la casa- el librero- asegúrate de saltar a tiempo, justo en la parte climática de la desgarradora aria, para que tú, ¡inmejorable diva peluda! No seas aplastada por los libros que caen durante el apoteósico gran finale.
- Acuéstate sobre la cara de los humanos, para que contemplen ¡Oh simples mortales! la majestuosidad de su propio vacío, la inminencia de la muerte, la recreación de la oscuridad primigenia y al mismo creador. Después de todo… se sabe que Dios es un gato jugando con nuestro planeta, cual bola de estambre y cuando se recuesta para dormir sobre ella, su panzota negra es nuestra noche.
- Asómate desde una litera para que quien esté recostado en la cama inferior se sienta asediado por un pequeño Nosferatus o por el nuevo y más temido enemigo de la humanidad: un covidoso murciélago gigante. Tras la caída de los belfos, muestra orgullosa tus colmillos vampirescos, envidia del propio Drácula.
- ¡Alfabetízanos venerable gata letrada!:
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Extiende tus patas traseras como un
libro abierto sobre la cama
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Cuando parada te lames un costado,
formas una “P”
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Colgada del cortinero eres la “I”.
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Al abofetear al perro eres una “E”.
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Y cuando, de su furia vengadora
huyes eres la “n” perfecta.
(El manual incluye cuaderno de
ejercicios)
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Karla Carrola |
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