Compromisos
Paulino hoy regresa a la ciudad, tiene vacaciones
en la maestría; acordó con su pareja, Paulette, que se encontrarían en el
aeropuerto; ahora le correspondió a ella rentar una Airbnb. Tuvieron suerte:
coincidieron ambos periodos vacacionales.
Todo está listo para
pasarla bien; hace dos meses que no se ven, la extraña; además está intrigado
porque le dijo que tiene una sorpresa. Estas siempre son agradables: unas veces
lo espera con la cena a la luz de las velas, con algún atuendo atrevido; en
otras organiza un encuentro con amigos mutuos. Ambos disfrutan sus encuentros y
su soltería.
Sin embargo, esta vez al
abrir la puerta, lo primero que ve es un letrero enorme: FELICIDADES, PAPÁ. No
le da tiempo a que asimile la idea. Paulette comienza el discurso que se nota
ya tenía preparado: “Es tiempo de echar raíces, no podemos seguir de aquí para
allá; cada vez resulta más difícil coincidir, los compromisos nos agobian, ¿no
crees? Además, Julián nos necesita juntos y estables”.
Paulino sonríe, la abraza;
en su mente se pregunta qué falló; ella le dijo que seguía tomando la píldora
y, bueno, él no le ha dicho, pero se operó hace cuatro meses; claro que el
doctor le dijo que usara condón al menos los seis siguientes.
Paulette abre el closet de
visitas al tiempo que le pregunta: ¿Quieres verlo? Aquí tengo el
ultrasonido. Paulino voltea y encuentra a su novia eterna sosteniendo un
cachorro plácidamente dormido. Qué susto, ¿verdad? ¿A poco no tiene cara de
Julián?
Este cuento me gusta mucho. Con el permiso de la autora lo leeré para el público de la radio en mi Ciudad. Gracias
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