Incómoda dependencia

 


No recuerdo para qué quería deshacerme de ti. Me acostumbré. Al principio me asfixiabas; pero no dije nada. Pensé que sería algo pasajero: no duraríamos ni tres meses juntos, sin embargo, compartimos el mismo espacio por en casi tres años. El resto de mis relaciones sentimentales habían durado menos.

Recibí gozosa la gran noticia de nuestra separación, es opcional si deseamos continuar.

Aunque; agradezco tu protección, tu empeño al permanecer juntos en todo momento, el que fueras capaz de adecuarte a mi personalidad, es más hasta a mi estado de ánimo en cada etapa que sorteamos. Sin embargo, decido abandonarte, en cuanto escuché que era posible, te tome entre mis manos y te arroje al cesto de basura, espero sea un hasta nunca, querido tapabocas. 

Rosa Martha Jasso


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