Positivos y negativos
Recuerdo perfecto ese día, en 1980, cuando hacía mi examen semestral de mate I, con mi profesor y actual amigo Carlos Arteaga Carmona. Nos sentaba dándonos la espalda unos con otros y asignaba 3 tipos diferentes de examen. Así que, y menos en mate. ¡Podías copiar! Le pregunté a mi mejor amiga Gloria, que estaba a un lado mío: —¿Más por más? — Más, me respondió —¿Menos por más? — Menos, signos iguales se suman, contrarios se restan. Se convirtió en regla de vida, lo que me abrió los ojos al mundo de las matemáticas. A partir de ese día me cayeron todos los veintes e hice mi pasión: resolver los problemas más complejos. El Baldor fue “mis primeras letras”, la serie Schaum mis libros con mil ejercicios de cabecera. Jamás imaginé el impacto en mi persona y vida esa regla entre signos positivos y negativos. Conocer los números imaginarios, los complejos, los racionales, irracionales, los finitos, infinitos. ¡Qué buen juego! Cambiando de ambiente, desde esa época y a la fecha exis...