EL GALÁN

Tenía un pensamiento al salir de la Polar: ver a Lucy, una linda mujercita de familia. La misa de una había terminado, vimos pasar a algunos parroquianos. La gente tiene algo peculiar después de los oficios, sería exagerado hablar de auras, aunque tal vez se sientan tan reconfortados que lo crean y ese efecto mental en algo se refleja en sus rostros. Dos días antes mi amigo Rodolfo me había invitado con su tío Marti a una reunión. Alto y gordo, rondaba los treinta, nosotros tendríamos dieciocho. Recién iniciaba la carrera y me urgía ganar dinero. Gracias a que su tío trabajaba de prefecto en una secundaria y yo pretendía dar clases, acepté la idea de la fiesta, donde me presentaría al director para solicitarle una oportunidad. El ciclo escolar había terminado ese día y lo festejarían los maestros, lo cual prometía baile y quizá unos tragos gratis. Vestí mis mejores galas: pantalones de pana y camisa a cuadros. Al llegar a la fiesta creí que nos habíamos equivocado: la mayoría...